Creer a las víctimas
Cuando decimos que debemos creer a las víctimas, simplemente significa que reconocemos su experiencia. No significa que tengamos que tomar medidas drásticas o buscar venganza, sino más bien brindarles apoyo y comprensión. Esa es la base.
Incluso cuando creemos a las víctimas, no significa que tengamos que rechazar la perspectiva de los demás, incluso la de los presuntos perpetradores. Las personas pueden experimentar los mismos eventos de maneras completamente diferentes. Todos estamos moldeados por nuestras propias experiencias, emociones y contexto. Lo que una persona percibe como daño, otra puede verlo de manera completamente distinta, y eso no significa necesariamente que uno de ellos esté mintiendo. Esta diferencia en la percepción es parte de ser humano. La vida rara vez es en blanco y negro. Un ejemplo simple: dos personas pueden mirar el mismo objeto: una ve el número 6, pero desde otra perspectiva, parece un 9. Ambos están diciendo la verdad. Ambos ven lo que ven.
Las víctimas no solo necesitan escuchar “Te creo”, sino que necesitan ser escuchadas, comprendidas y apoyadas. Su experiencia puede ser compleja y confusa, pero eso no cambia el hecho de que necesitan ese reconocimiento. Podemos dar a las víctimas lo que necesitan sin volverse en contra de los demás.
También debemos entender que es humano, y de hecho muy comprensible, que la gente quiera actuar cuando cree que se ha cometido una injusticia. Es difícil quedarse de brazos cruzados cuando crees que alguien ha sido agraviado. Especialmente cuando sabemos que el sistema a menudo ha protegido a los presuntos perpetradores, lo que puede llevar a que las personas sientan que deben tomar medidas radicales. Cuanto más vemos que el sistema falla, mayor es la ira. Y esa ira puede crecer en todos nosotros.
La realidad es que aún no hemos descubierto cómo manejar estas discusiones importantes en un mundo donde las redes sociales juegan un papel tan grande en todo lo que hacemos. Lo que antes ocurría en círculos cerrados, ahora sucede con el megáfono de las redes sociales, al aire libre. Este debate público puede conducir a reacciones más intensas y a divisiones más profundas.
Sin embargo, el efecto de este megáfono también puede ser positivo. Fue a través de estas conversaciones abiertas que las víctimas dentro de la Iglesia Católica en los Estados Unidos pudieron unirse y exponer años de abusos. Eso fue crucial, y demuestra cómo una mayor transparencia y una discusión abierta pueden ser una herramienta poderosa para lograr justicia.
Por lo tanto, debemos abordar estas discusiones con precaución y sinceridad. Creer a las víctimas es un primer paso importante, pero también debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestras reacciones. Creer a las víctimas significa, ante todo, mostrarles respeto y reconocimiento, pero también significa abordar todas las perspectivas con cuidado y sabiduría.